Después de contar las horas a través de oscuros mares en barcos compartidos con turistas, los refugiados llegan a menudo al puerto del Pireo en Atenas, llevando montones de mantas, carpas enrolladas y bebés en sus brazos.
Sueñan hacer la ruta a través de Grecia a Macedonia y con suerte, a los refugios percibidos seguros como Alemania y Suecia.
Pero desde que Macedonia comenzó a restringir el acceso de los refugiados – permitiendo sólo unas pocas docenas de sirios e iraquíes cruzar la frontera cada día – se acumuló un exceso en Grecia.
Alrededor de 35.000 inmigrantes están actualmente varados en el paÌs, alimentando temores de que Grecia se esté convirtiendo en un gigantesco campo de refugiados -o «almacén de almas», como lo llamó el primer ministro del paÌs, Alexis Tsipras.
El «almacén de almas» de Grecia: «Refugiados atrapados en estadios antiguos, y en el aeropuerto abandonado de Hellinikon»
El aeropuerto se cerró en 2001 y parte de la vasta zona se convirtió en un parque olímpico que, seg˙n cifras oficiales del gobierno griego, actualmente alberga a 4.120 personas.
La mayorÌa son de Afganistán, mientras que otros vienen de Pakistán, Irán y Marruecos.
Se les ha prohibido cruzar la frontera porque se considera que son de países «seguros».
Carlos de Rivas Photography 